viernes, 15 de enero de 2010

La competencia por los juegos de invierno

Esta semana se conocía la intención de Barcelona de presentar candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno 2022, evento deportivo por el que ya compite la candidatura Zaragoza-Jaca. El alcalde de esta última ha considerado la decisión catalana de "inoportuna". Y la verdad es que algo inoportunda sí que es. El Pirineo aragonés lleva décadas luchando por conseguir la organización de estos juegos y cada oportunidad perdida ha sido momento de mejorar la propuesta y, por supuesto, mejorar las infraestructuras y dotaciones en el norte de nuestra comunidad. Por supuesto que es debatible el tipo de desarrollo que se está imponiendo en el Pirineo, con todas las consecuencias ecológicas, económicas y sociales que conlleva, pero el avance es innegable.

El Gobierno, siempre tan políticamente correcto -como no podía ser menos-, ha propuesto unificar ambas candidaturas, algo bastante improbable ya que el COI pide que se trate de candidatuas de ciudades únicas. Barcelona ya tuvo sus magníficas y memorables olimpiadas, además de otros grandes eventos universalmente recordados como el Fórum de las Culturas 2004, sobre el que todavía se sigue debatiendo qué narices era. Vale que Zaragoza ya ha tenido su Expo, y próximamente la Exponabo, pero esta candidatura podría suponer el empuje definitivo a la región y especialmente a las comunicaciones pirenaicas. ¿Podrá el Gobierno de Aragón soportar el pulso ante Barcelona?

2 comentarios:

Jasco dijo...

¡Primer post del año!

Inoportuna pues algo, pero eso de unificar candidaturas no me suena nada bien, como ya comentas. Parece más cosa para contentar a los de siempre.

Por lo menos parece que con la candidatura barcelonesa han dado un espabile a los de Zaragoza, que tantos años ya a lo tonto...

¡Saludoos!

anonimo dijo...

Pero como podemos pedir unas olimpiadas sin tener infraestructuras, aora monrrepos parado. por mi que se queden las olimpiadas en donde sea, lo unico que traeran es contratos temporales y un impacto medioambiental que no compensa por mucho que digan