viernes, 20 de julio de 2007

El monasterio de Casbas


Hace ya unos años que el Monasterio Cisterciense de Casbas, lugar donde residió y escribió sus versos, en tiempos pretéritos, Ana Abarca de Bolea, cerró sus portones de madera -al irse la última monja. Desde entonces, ha estado abandonado. Sin embargo, desde aquél momento, se ha estado ofreciendo al mejor postor.

Con algo más de medio centenar de metros, se erige en pleno pueblo, caracterizando su silueta. Su construcción se remota en los tiempos, y se empiezan a tener documentos que hablen del monasterio de Casbas hacia el siglo XII. Con el paso de las décadas, se ha ido reconstruyendo, ampliando, reparando... En los tiempos más cercanos tuvo cierta repostería conocida -como los suspiros, que se elaboraban a partir de clara de huevo y azúcar, horneados a una temperatura precisa-, y a la vez, también funcionó como hospedería.

Antes de la Guerra Civil, Casbas, me contaban mis abuelos, era un pueblo importante. Es más, ostentaba la calidad de Villa. Con dos maestros, dos curas, colegio, farmacia, veterinario, comercios... y monasterio -con su lavadero y su fuente. Mucha era la gente que vivía allí, y las calles estaban animadas a lo largo del día. Pero, como en todas partes ocurrió, los habitantes, paulatinamente, acabaron yéndose, para ubicarse en la ciudad.

Tras unos años de abandono, decíamos, que apenaron mucho a la gente del lugar, y a los que conocían el pueblo, años en que tan solo el aire recorría, a sus anchas, las salas muchas y rincones de tan extenso monasterio, ha surgido un comprador. El grupo Progea, por algo más de dos millones de euros, se propone adecuar el monasterio para turismo rural. Y con ello, se preocupará, según parece, de restaurarlo, aspirando a hacer de él un buen Parador.

Por lo menos volverá a tener vida el monasterio; es una de las nuevas maneras de sobrevivir. Volverá a estar mínimamente atendido, y cuidado. Sin duda, esto, animará el espíritu de los casbantinos.

Cabe pensar que estos días, lo que en el siglo pasado fue marchándose por los caminos a las ciudades, aunque de otra forma de ser, va volviendo a los pueblos... Las urbes darán trabajo, pero no tranquilidad. Este es un mundo que exige vivir acelerado. El reposo se está empezando a considerar como un bien de cierto lujo...

NOTA: Fotografía extraída de http://www.casbasdehuesca.com

2 comentarios:

HombreRevenido dijo...

Conozco bien el Monasterio de Casbas, y siempre me ha parecido un lugar impresionante.
Si los inversores hacen un buen trabajo y consiguen revitalizar una joya como esa merecerá la pena.

Bendita tranquilidad.

Jasco dijo...

Sí. Es buena noticia que quieran resturarlo y adecuarlo. Mis viejos me decían que las monjas que había siempre guardaban con celo el monasterio, y no dejaban prácticamente pasar a nadie a ninguna sala. Era como un gran edificio que nunca podías ver su interior, ¡y es grandísimo!

Por esto, ahora además, la gente podrá recorrer bastantes más pasillos , y "descubrir" el interior del monasterio; cosa que antes, estaba vedada tajatemente.

¡Saludos Académico simiesto!

Rj