Recién llegados de una bella excursión a San Martín de la Val d'Onsera (a ver si pronto colgamos alguna foto), Ender me pasa el link a la noticia oscense de la semana: la presentación del cartel de fiestas San Lorenzo 2007, realizado por Óscar Lamora. Hasta aquí todo normal, pero es que hay que ver el cartelito, ya está trayendo polémica y no queríamos quedarnos pasivos.
El autor y la concejala de fiestas intentar pasar por encima de las críticas diciendo que es algo nuevo, distinto, innovador... y digo yo, ¿es que algo nuevo, distinto o innovador ha de ser bueno porque sí?. A mí no me gusta nada. Pero nada de nada. Es vergonzoso, simple y cutre, si ni siquiera se leen bien las letras. Parece realizado sobre la servilleta usada de cualquier bar una mañana resacosa de Domingo. Pero claro, diremos que no nos gusta, o que, y sin tapujos, es una mierda, y vendrán a decirnos que no tenemos sensibilidad artística, que es minimalismo que quiere representar la parte desenfadada de las fiestas... ya está bien, hombre. Puede que no tengamos mucha idea de arte y diseño, pero este cartel es lamentable.
Tampoco hay que cargar las culpas al autor, ya que el responsable es quien da el visto bueno a esta aberración. Pero resulta que en nuestra ciudad, la elección del cartel de fiestas ya no se hace por concurso público, sino que digitalmente se encarga a alguien del mundillo. Puede que un alumno de primaria, si se le hubiera dado la oportunidad, habría sacado un cartel mejor.
Es para quejarse, la verdad. Que vuelvan los concursos públicos para elegir estos carteles ¡ya!, o al menos que prohiban a los del consistorio ir borrachos a la comisión de fiestas, porque yo no me lo explico de otra forma. No pongo directamente la imagen del cartel en el blog por no fastidiar la estética.
El autor y la concejala de fiestas intentar pasar por encima de las críticas diciendo que es algo nuevo, distinto, innovador... y digo yo, ¿es que algo nuevo, distinto o innovador ha de ser bueno porque sí?. A mí no me gusta nada. Pero nada de nada. Es vergonzoso, simple y cutre, si ni siquiera se leen bien las letras. Parece realizado sobre la servilleta usada de cualquier bar una mañana resacosa de Domingo. Pero claro, diremos que no nos gusta, o que, y sin tapujos, es una mierda, y vendrán a decirnos que no tenemos sensibilidad artística, que es minimalismo que quiere representar la parte desenfadada de las fiestas... ya está bien, hombre. Puede que no tengamos mucha idea de arte y diseño, pero este cartel es lamentable.
Tampoco hay que cargar las culpas al autor, ya que el responsable es quien da el visto bueno a esta aberración. Pero resulta que en nuestra ciudad, la elección del cartel de fiestas ya no se hace por concurso público, sino que digitalmente se encarga a alguien del mundillo. Puede que un alumno de primaria, si se le hubiera dado la oportunidad, habría sacado un cartel mejor.
Es para quejarse, la verdad. Que vuelvan los concursos públicos para elegir estos carteles ¡ya!, o al menos que prohiban a los del consistorio ir borrachos a la comisión de fiestas, porque yo no me lo explico de otra forma. No pongo directamente la imagen del cartel en el blog por no fastidiar la estética.
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