miércoles, 23 de mayo de 2007

Día mundial de la Biodiversidad.

Aprovechando que hoy se celebra dicho día de la Biodiversidad, aunque haya más por lo que apenarse que por alegrarse, coincide que esta mañana he dado con una entrevista a Juan Antonio Gil en el programa Buenos días Aragón -entrevistas que van subiendo a su blog.

Este señor, como miembro de la fundación Quebrantahuesos, nos habla y explica cómo están las circunstancias actualmente con esta ave tan peculiar. Por lo que se ve, en diez años han logrado duplicar su número de parejas -de 50 a 100. ¡Una cosa por la que alegrarse un poco! pero solo un poco, porque es a partir de 500 parejas donde se pasa a no ser ya una especie en peligro de extinción. Aún queda.

Es un ave que en estos momentos viene viviendo prácticamente en los Pirineos (aunque parece ser que existía por diversas cadenas montañosas de España entre otros países). Es por ello que la sintamos tan característica de nuestras montañas. Ave de gran porte y elegancia, a mi parecer, con esas alas oscuras, cuerpo tirando a marrón claro blanquecino, las patas tan cubiertas de plumas que pareciera que lleva pantalón, la cabeza blancuzca con ese ojo tan inconfundible... y su singularísimo modo de vida que le da nombre.

El Gypaetus barbatus es especial. Por todo esto, aunque no se haya alcanzado la cota de las quinientas parejas, es buena noticia que a lo largo de diez años se haya logrado ascender al doble las parejas de estas comedoras de huesos* de los Pirineos.




* ¡Única ave en el planeta con semejante alimentación (osteófaga)!

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