sábado, 21 de noviembre de 2009

El obispo de Huesca, nuevo arzobispo de Oviedo

Ayer se anunció el nombramiento por el Vaticano de Jesús Sanz Montes (los astros le sean propicios), nuestro actual y queridísimo obispé como arzobispo de Oviedo. Tras 6 años de fiel servicio en las diócesis de Huesca y Jaca y tras su impagable labor como cabeza visible de la Iglesia católica en nuestras humildes tierras, pronto se convertirá en el arzobispo más joven de España, ofreciéndose para la salvaguarda de las almas asturianas.
Monseñor Jesús Sanz Montes (Dios le ayude cuando madrugue). Foto oficial en la Conferencia Episcopal española. Nótese el Cielo de fondo, plagado de nubarrones.

Jesús Sanz (buena sombra le cobije) ha traido la alegría y esperanza de su mensaje a nuestros corazones en estos últimos años. Su incansable labor de acercamiento y respeto con quienes no creen o no comparten su mensaje le engrandece. Su dedicación exclusiva al mandato divino y su rechazo a utilizar su posición social y mediática para mezclarse en temas no religiosos le elevan. Su sensibilidad ante las realidades sociales y ciudadanas del nuevo siglo hacen de este hombre un miembro valioso de la comunidad cristiana y de España. Su alejamiento del oscurantismo barroco, contrarreformista y antimoderno que se expande por otros sectores del episcopado elevan su vocación humanista.

La verdad es que me gustaría que todo lo dicho fuera verdad, pero ya sabemos que no es así. Supongo que habrá gente que le echará de menos y recordarán su labor con simpatía; merecen todo el respeto (todo el respeto que muchos de ellos niegan a los demás, por supuesto). Nosotros no vamos a echar de menos a quien se ha dedicado a envenenar con odio e integrismo las vidas de muchas personas que buscan en la religión todo lo contrario. No sé qué favor o bien habrá hecho el obispé franciscano a los creyentes de Huesca, pero a quienes ha hecho un favor ha sido a los no creyentes: agnósticos, ateos e incluso creyentes que mantienen por encima de todo el ideal de convivencia y respeto. El mensaje de Don Pelayo vuelve a las tierras donde Covadonga perdió el sombrero. Y cierra España.

Noticia en la página de COPE - Huesca
Carta del obispé a sus nuevos feligreses de Oviedo

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